AUTORES
DISEÑO, CONFIGURACIÓN Y PARTICIPANTES
Llevamos a cabo una encuesta telefónica prospectiva de dígitos aleatorios que capturó a niños y adolescentes de todo Estados Unidos. Los participantes incluyeron 6522 niños y niñas de 10 a 14 años al inicio del estudio que fueron encuestados por teléfono sobre los factores de riesgo de los medios para la obesidad. Las regresiones ponderadas evaluaron la adiposidad a los 2 y 4 años de seguimiento, controlando la televisión y la visualización de películas, jugar a videojuegos, crianza, edad, sexo, raza o etnia, ingreso familiar y nivel educativo de los padres.
EXPOSICIÓN
Informe de tener un televisor en el dormitorio al inicio del estudio.
PRINCIPALES RESULTADOS Y MEDIDAS
El IMC ajustado por edad y sexo se basa en el autoinforme y el informe de los padres sobre el peso y la altura a los 2 y 4 años de seguimiento.
RESULTADOS
Las distribuciones por edad, sexo, raza o etnia, y nivel socioeconómico fueron similares a las estimaciones del censo para la población de los EE. UU. Los métodos de ponderación de muestra representaron tasas de deserción más altas entre las minorías étnicas y las personas con un nivel socioeconómico más bajo. El 59.1% de los participantes reportó tener televisores en el dormitorio al inicio del estudio, y los varones, las minorías étnicas y los de bajo nivel socioeconómico tenían tasas significativamente más altas. En análisis multivariados, tener un televisor en el dormitorio se asoció con un exceso de IMC de 0,57 (IC 95%, 0,31-0,82) y 0,75 (0,38-1,12) en los años 2 y 4, respectivamente, y una ganancia de IMC de 0,24 (0,02-0,45 ) de los años 2 a 4.
CONCLUSIONES Y RELEVANCIA
Tener un televisor en el dormitorio está asociado con el aumento de peso más allá del efecto del tiempo de visualización de la televisión. Esta asociación podría ser el resultado de los efectos no capturados de la televisión o de patrones de sueño interrumpidos. Con la alta prevalencia de televisores en el dormitorio, el efecto atribuible a este factor de riesgo entre los niños y adolescentes de los EE. UU. Es un exceso de peso de 8,7 millones de kg/año.